En Curvas peligrosas (Odisea
Editorial, 2010) Susana Hernández nos presenta a su pareja protagonista, las
subinspectoras Rebeca Santana y Miriam Vázquez.
La novela comienza en el
momento en que los sueños de Rebeca se hacen realidad y acude, atenazada por los nervios, a su
primer día de trabajo como subinspectora de la brigada de homicidios. Sin
tiempo apenas para ubicarse y conocer a Miriam Vázquez, su veterana y engreída compañera, tiene que enfrentarse a la investigación del asesinato de una joven con Síndrome
de Down, un caso vinculado con la muerte anterior de otra joven discapacitada.
La dificultad de su trabajo se
une a la complicada coyuntura personal de Rebeca (“Sabía que estaba perdiendo la cabeza, y el norte y el sur. La situación, como había
decidido denominar su caos vital, se le estaba yendo de las manos”). Tras
romper con su novia, se enamora de Malena, una atractiva abogada. Tiene que
soportar las bromas de sus compañeros de comisaría cuando descubren que es
lesbiana y, además, manejar la conflictiva relación con su madre, recluida en prisión
y protagonista de La asesina del
cumpleaños, un reality de
televisión que divulga sus miserias familiares.
Muy diferente a Rebeca es Miriam
Vázquez, La Marquesa, y, aunque no
menos numerosos, mucho más convencionales sus problemas existenciales. A pesar
de los inevitables desencuentros iniciales, ambas acaban encontrando una
sintonía personal que les permitirá formar “un equipo de primera.”
Por encima de una trama policial correcta
y sin grandes sorpresas, Susana Hernández acierta de pleno en la construcción
de Rebeca Santana, un personaje fresco y original que se escapa a los tópicos
del género negro.
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Totalmente de acuerdo. Que ganas tengo de leer la segunda, ya la tengo contra las cuerdas
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas y mejor año!
Un abrazo.
ResponderEliminarFeliz Navidad y que el año nos traiga muchas lecturas negras.
No me gustó la parte privada de Rebeca que pasa a ser relevante, más que el caso policíaco.
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