31 de mayo de 2012

ÅSA LARSSON: CUANDO PASE TU IRA


En Cuando pase tu ira (Till dess din vrede upphör, 2008) Åsa Elena Larsson sigue maltratando a Rebecka Martinsson, fiscal de Kiruna y protagonista de sus novelas.
Mientras todo el mundo se empeña en recordarle que en el pasado se vio obligada a matar en defensa propia a varias personas y que acabó interna en un psiquiátrico, Rebecka Martinsson recibe en sueños la visita de una joven asesinada. En compañía de  su novio se sumergió en un lago helado para buscar un avión nazi accidentado durante la Segunda Guerra Mundial. Alguien les tapó el agujero en el hielo para impedirles salir.
Ya que la irritada policía local Anna-Maria Mella no es capaz de ver más allá de sus narices, será Rebecka, como siempre, la que pondrá de nuevo en grave riesgo su vida para esclarecer un crimen motivado por sucesos ocurridos muchos años antes.  En las comunidades cerradas el tiempo, en vez de hacer olvidar los problemas, los magnifica.
Cuando pase tu ira es solo la cuarta novela de la serie, pero la fórmula se repite.
ÅSA LARSSON: Cuando pase tu ira, Seix Barral, 2012

Las novelas de Åsa Larsson en Elemental, querido blog:
Aurora boreal
Sangre derramada
La senda oscura
Cuando pase tu ira


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29 de mayo de 2012

ANDREA CAMILLERI: LA MUERTE DE AMALIA SACERDOTE


Andrea Camilleri obtuvo en 2008 el II Premio Internacional de Novela Negra RBA con La muerte de Amalia Sacerdote.
En el prólogo Camilleri reconoce que se inspiró en un hecho real: el crimen de Garlasco. En ese pueblo del norte de Italia una joven fue asesinada en su casa. Se detuvo como sospechoso al novio. Tras ello, se inició un largo proceso judicial ampliamente seguido por los medios de comunicación.
En la ficción literaria Amalia Sacerdote, una estudiante de Derecho de veintitrés años, hija del secretario en jefe de la Asamblea de Sicilia, es asesinada. Su ex novio, Manlio Caputo, hijo de un diputado de izquierdas, es procesado por homicidio.
Camilleri sitúa el punto de vista narrativo en la figura de Michele Caruso, director de los informativos regionales de la RAI, que desde el primer momento recibe presiones de todo tipo para que manipule la información. Ante los tejemanejes de los corruptos políticos, policías, jueces, banqueros y periodistas que intentan salvaguardar sus intereses, Caruso cínicamente pretende salir sin una sola mancha de tan turbio asunto, solo preocupado por enderezar su maltrecha vida sentimental.
Cuando presentaba La muerte de Amalia Sacerdote, Camilleri afirmaba estar harto de su famoso personaje Salvo Montalbano. A pesar de ello, hay un curioso guiño literario. Uno de los personajes le dice a otro: “tampoco te pongas a hacer de comisario Montalbano.” En efecto, esa parece ser la consigna colectiva. Nadie tiene que aclarar lo sucedido. Con su final abierto, el autor está invitando al lector a que formule sus propias conclusiones.
Escribe Andrea Camilleri: “Hoy no hay delito en nuestro país que no se convierta en un entretenimiento.” ¿Te suena? Qué grandes novelas escribiría Andrea Camilleri inspirándose en el actual contexto (político, judicial, bancario, periodístico…) español.

Andrea Camilleri: La muerte de Amalia Sacerdote, RBA, Serie Negra.

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20 de mayo de 2012

ED McBAIN: ODIO


Antes de cometer un crimen, uno de los personajes de Asesinato en el Savoy lee una novela: Odio de Ed McBain. Maj Sjöwall y Per Wahlöö hacen de esta forma un homenaje explícito a uno de sus referentes literarios.
Ed McBain es el seudónimo de Evan Hunter (nacido Salvatore Albert Lombino, 1926-2005), prolífico narrador y guionista (Los pájaros, 1963, su guion más importante).
Odio (Cop Hater, 1965) es la primera novela de su influyente serie Distrito 87, perteneciente al subgénero police procedural, caracterizado por reflejar el trabajo colectivo policial y que tan imitado ha sido en series de televisión. Hill Street Blues, quizá la más conocida.
En Isola (nombre ficticio de Nueva York) los escasos dieciséis detectives asignados a la Comisaría 87 tienen que hacerse cargo de los delitos cometidos en un multicultural barrio de 90.000 personas. Con un estilo realista y minucioso Ed McBain nos describe el procedimiento policial y la vida personal y profesional de algunos de estos detectives. Incluso llegamos a conocer su sueldo: “un detective de tercera ganaba 5.230 dólares al año”.
A las once cuarenta y uno de una calurosa noche de julio uno de los detectives de la comisaría es asesinado por la espalda. No hay explicación ni móvil para el crimen. Solo un dato: las balas fueron disparadas por una pistola de calibre 45. En la sala de detectives los compañeros del fallecido se conjuran para encontrar al asesino. “No podemos dejar que maten a un policía, porque un policía es un símbolo de la ley y el orden. Si nos olvidamos de ese símbolo, las calles se llenan de animales. Y ya tenemos suficientes animales en nuestras calles.”
Noches después otros dos detectives son asesinados de la misma forma. El asesino parece odiar, sin más, a los policías. Steve Carella, un detective que lee Ulises de Joyce, teme ser la siguiente víctima, aunque presiente que detrás de los crímenes puede esconderse una simple cuestión personal y no un ajuste de cuentas con el cuerpo de policía.
Interesante a pesar de cierto tono propagandístico. Conviene siempre revisar los clásicos.

Ed McBain: Odio, RBA, Serie Negra, 2012.

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19 de mayo de 2012

MAJ SJÖWALL Y PER WAHLÖÖ: LA HABITACIÓN CERRADA


La habitación cerrada (Det slutna rummet, 1972) es una novela excelente. Sin duda una de las mejores escritas por Maj Sjöwall (1935) y Per Wahlöö (1926-1975).  
Martin Beck, tras recuperarse durante quince meses de un disparo en un pulmón (El abominable hombre de Säffle), se reincorpora al trabajo. Mientras sus compañeros forman parte de una operación especial contra atracos a bancos, él retoma un caso que está a punto de cerrarse: una persona muerta de un disparo en el pecho encontrada en una habitación cerrada a cal y canto. Beck pronto descubre que desde el principio el caso ha sido llevado con negligencia y que se ha dado por supuesto que se trata de un suicidio, pero ¿dónde está entonces la pistola?
La habitación cerrada cuenta con no pocos puntos de interés que se inician con un interesante prólogo de Michael Connelly ("los libros de la serie de Martin Beck son una de las colecciones policiacas más auténticas, profundas y apasionantes jamás escritas."). Hay en la novela un notable juego literario que se inicia en el título y que recrea uno de los temas clásicos del enigma policial: la habitación cerrada. Este juego intertextual alcanza la genialidad con la parodia de los enterradores del acto V de Hamlet convertidos en los conductores de la furgoneta en la que se trasladan los cadáveres de los suicidas.
Destaca también en la obra un tono humorístico que alcanza tanto a los "patéticos" atracadores como al inepto grupo policial que los busca y que desemboca en una cómica y desastrosa intervención. Para Sjöwall y Wahlöö los auténticos delincuentes son aquellos que la policía no persigue. Los que "se dedican a explotar a los individuos… Sacan beneficio de todo. Envenenan la naturaleza y a la población. Degradan y derriban barrios enteros para luego construir en su lugar otros peores. Y nunca les pillan."
Por último, como siempre apunto en relación a la serie Martin Beck, sorprende su actualidad. La habitación cerrada parece escrita en nuestros días. Un ejemplo: "La tasa de desempleo era cada vez mayor… incluso los universitarios y los profesionales altamente cualificados no tenían trabajo o debían pelearse por empleos mal remunerados y muy por debajo de sus capacidades."
Absolutamente recomendable.
MAJ SJÖWALL Y PER WAHLÖÖ: La habitación cerrada, RBA, Serie Negra, 2012.
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12 de mayo de 2012

CARLOS ZANÓN: NO LLAMES A CASA


Tras Tarde, mal y nunca, Carlos Zanón continúa el camino del éxito con No llames a casa (2012). En pocos meses la novela ha agotado dos ediciones, está siendo adaptada al cine y acumula elogios (Lorenzo Silva: "El Jim Thompson español se llama Carlos Zanón").
Bruno, Raquel y Cristian, pícaros de estos tiempos en que nos desmantelan el Estado del Bienestar, han encontrado el negocio perfecto. Hacen chantaje a las parejas adúlteras que salen de los locales de citas. Un chollo ¿Cómo es posible que no se le haya ocurrido antes a nadie? Aunque lo cierto es que a veces la cosa se complica y se ganan algunas palizas cuando quieren atrapar peces demasiado gordos para ellos.
Max es la víctima ideal. Sobrevive como puede a la separación, a las exigencias de su ex, al régimen de visitas, al dentista y a la pensión de sus hijos. Además, Merche, su amante, no quiere dejar a su marido. Cuando recibe el chantaje, Max encuentra una oportunidad para darle la vuelta a su vida. Hará de la necesidad, virtud. Son momentos para los valientes, para los que quieren arriesgar y jugar fuerte, se dice. ¿Una gran idea o un suicidio?
Carlos Zanón, como en Tarde, mal y nunca, apuesta por desmenuzar el interior de los personajes. Todos, da igual de clase lumpen (Bruno, Raquel , Cristian) o de clase media hipotecada y arruinada (Max, Merche), quieren vivir la vida con normalidad, tener lo que tiene la gente normal: una casa para compartir, cocinar en pareja, ahorrar, ver la tele, amanecer con una cara dormida al lado..
Cuestiones de género al margen, ¿nueva novela picaresca? ¿novela negra o criminal?, etiquetas al fin y al cabo, Carlos Zanón acierta a retratar un vívido fresco de nuestros angustiados e inciertos días. 
En conjunto, No llames a casa es una novela más cuidada y ambiciosa que Tarde, mal y nunca, aunque resulte mucho menos impactante y desgarradora.

Carlos Zanón: No llames a casa, RBA, Serie negra, 2012.

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5 de mayo de 2012

CARLOS ZANÓN: TARDE, MAL Y NUNCA


Carlos Zanón (1966), abogado, poeta, guionista y crítico literario, publicó en 2009 Tarde, mal y nunca en una pequeña editorial, Saymon Ediciones, que acabaría quebrando.
La novela pasó desapercibida hasta que los aficionados al género comenzaron a hablar de ella. Brigada 21 le dio el Premio a la Mejor Primera novela del año y RBA  la incluyó en su notable Serie Negra. Lo curioso de todo es que Carlos Zanón, según ha reconocido, no sabía que escribía una novela negra.
Tarde, mal y nunca nos sumerge en una oscura Barcelona de barrio en el que solo quedan “tarados, pobres, yonquis, borrachos y viejos.” Una Barcelona de nuestros tiempos que ni el inspector Méndez reconocería. Allí, la reina es Tiffany Brisette, peruana, nada del otro mundo, “la chica de las cejas tatuadas de azul. La que nunca llora. La que no espera a nadie.” Y los tarados, pobres, yonquis y borrachos del barrio son los hermanos Dalmau y el moro Tanveer Hussein. Àlex Dalmau: esquizofrénico paranoico, perseguido por voces, fantasmas y apariciones. Epi Dalmau: ex novio de Tiffany, obsesionado por recuperarla porque antes, a su lado, nadie más importaba y todo encajaba, pero ahora, sin ella, todo se desmorona. Además, el moro Tanveer Hussein, que solo cree en lo que pueda robar y en quien pueda engañar.
Epi y Tanveer recorren la noche violando y maltratando prostitutas. Nada importante. La rutina habitual. ¿El problema? Epi sigue enamorado de Tiffany, que se lo monta con Tanveer. El trío Tiffany, Tanveer y Epi. Sobra una pieza del puzle. ¿La solución? Epi lo tiene claro, “en ese punto se acaban todas las matemáticas”, resuelve la ecuación cuando, en un amanecer de taberna, le revienta la cabeza a Tanveer con un martillo. Su única preocupación: Mari, la mujer del dueño del bar, se va a poner de mala hostia cuando vea el suelo salpicado de sesos y sangre.
Tarde, mal y nunca es una narración ágil, impregnada de un lirismo crudo y desesperanzado. Voluntariamente el autor ha apostado por adelgazar el argumento para profundizar en el interior de los personajes mediante un perspectivismo poliédrico no siempre ordenado cronológicamente.
A pesar de su ritmo precipitado por momentos y de sus errores (algún resbalón lingüístico, algunas incoherencias) Tarde, mal y nunca resulta, sin duda, impactante a la vez que aporta aire fresco y renovador al género. Quizá en sentido estricto no sea una novela negra, pero supura una negrura sórdida sin concesiones; un pesimismo rabioso y desolador.  

Carlos Zanón: Tarde, mal y nunca, RBA, Serie negra, 2011.

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