9 de agosto de 2008

STIEG LARSSON: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES


Entusiastas críticas y ventas millonarias en Europa precedían a la edición española de Los hombres que no amaban a las mujeres, la primera novela de la trilogía Millennium, del escritor sueco Stieg Larsson.

Del autor se sabía que había fallecido de un ataque cardiaco cuando tenía 50 años y estaba a punto de ver publicada su primera obra. Larson era un periodista especializado en temas sociales y políticos (la extrema derecha, la violencia contra las mujeres, la corrupción financiera…), gran aficionado al género negro, que cuando cumplió 47 años se decidió a escribir su primera novela. Al parecer, lo hacía compulsivamente en sus ratos libres. Tras su muerte, sus herederos se disputan la herencia. Todo muy novelesco, en efecto.

Con tales precedentes (“La novela de la década”, «figura legendaria, cuyo extraordinario genio literario ha creado una de las obras literarias más importantes del siglo XXI... Las tres novelas constituyen un auténtico fresco de la sociedad moderna que no puede compararse a lo que ningún escritor de novela criminal ha hecho nunca antes.») afronté la lectura de las 665 páginas de Los hombres que no amaban a las mujeres con la lógica cautela, el inevitable recelo, ¿una atinada campaña publicitaria más?

Los primeros capítulos y la trama remiten a lo más clásico de la novela policíaca europea: P. D. James, Henning Mankell, por supuesto, e incluso, sí, Agatha Christie. Por este lado, nada sorprendente ni extraordinario. El argumento, incluso, deja una sensación de déjà vu: tras treinta y seis años continúa sin resolverse el misterio de la desaparición de una joven perteneciente a una rica familia de empresarios suecos. Además, el suceso tuvo lugar en una isla propiedad de esta familia. Encontramos, así, otro ingrediente clásico: el caso de la habitación cerrada, a lo que se alude explícitamente en la novela.

La lectura transcurre si mayores emociones ni sobresaltos hasta que hacia la mitad de la obra encontramos el que considero el mayor logro del autor: el encuentro entre los dos protagonistas de la serie Millennium que sitúa al lector en una nueva dimensión argumental y que acelera la máquina narrativa.

Por un lado, encontramos al muy ortodoxo Mikael Blomkvist, periodista y fundador de la revista Millennium, especializado en la investigación de trapos sucios empresariales. Por otro lado, su contrapunto: la muy heterodoxa Lisbeth Salander, que trabaja en una empresa de seguridad haciendo uso de una pericia informática nada legal.

En mi opinión, lo mejor de la novela está en esta pareja de personajes y en su crítica social. Destaca, en este sentido, la denuncia de la violencia contra las mujeres, de la corrupción de los nuevos empresarios sin escrúpulos a los que nuestra sociedad capitalista ha puesto en bandeja el pelotazo, o del fascismo que acecha oculto. Precisamente, los mismos temas que el Stieg Larsson periodista dominaba.

En definitiva, correcto inicio novelístico de Stieg Larsson. Da la impresión de que Los hombres que no amaban a las mujeres promete más de lo que ofrece, que se trata de un buen aperitivo que anticipa las delicias que se nos servirán a continuación. Mientras tanto, esperamos con impaciencia la siguiente entrega de la serie: La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina que nos devolverá a la insólita pareja formada por Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander.

Stieg Larsson: Los hombres que no amaban a las mujeres, Ediciones Destino, junio de 2008.