En El chino (Kinesen, 2008) un lejano suceso, ocurrido en Estados Unidos durante la construcción del ferrocarril, provoca una salvaje respuesta en un pequeño y olvidado pueblo del norte de Suecia.
A grandes rasgos, se trata de una estructura semejante a la de otras novelas de Henning Mankell: La quinta mujer o La leona blanca, por ejemplo. Nos falta, por supuesto, el entrañable y melandólico inspector Wallander, de momento jubilado por su autor. En su lugar, corresponde a la jueza Birgitta Roslin aclarar los enigmas de un asesinato múltiple que desconcierta a la policía. La protagonista conserva el característico toque humano de los personajes de Mankell: duda, enferma, tiene miedo, se deprime, sufre crisis personales o familares, se agobia por el trabajo... Además de aportar su punto de vista femenino, como casi todas las mujeres de Mankell, Birgitta Roslin es más firme e integra que los hombres que la rodean.
El deseo de venganza es el tema central de El chino. Un deseo de venganza ciego y heredado que recorre ciento cincuenta años y cuatro continentes hasta desatarse con violencia contra personas inocentes. Un tema que, nos recuerda Mankell, ha sido en múltiples ocasiones el combustible de la historia humana, un "leitmotiv a lo largo de la historia."
El chino no es la tópica novela de crímenes y perspicaces sabuesos. Además de las habituales referencias internas suecas: la conmoción que supuso el asesinato de Olof Palme, la pérdida y añoranza del estado del bienestar, la nueva realidad social y multicultural del país... encontramos una reflexión crítica, solidaria ("la solidaridad es el eje de mi acción", según el autor) y ética sobre nuestro planeta globalizado.
"El mundo es peor que antes...", afirma la protagonista, y ésa parece ser la tesis de Henning Mankell. Los antiguos ideales de la izquierda europea que pretendían cambiar el mundo duermen ahora en el baúl de los sueños rotos. En nuestros días no sólo persiste la violencia, o se siguen despreciando los derechos humanos (en China, pero también en Estados Unidos y en Rusia), sino que además el capitalismo salvaje provoca nuevas formas de colonialismo y una mayor desigualdad entre los humanos. Interesante novela a la que sólo cabe hacer una pequeña crítica. Las reiteradas alusiones históricas a la revolución maoísta y a la actual lucha de poder dentro del Partido Comunista Chino hacen que el ritmo de la narración se resienta en más de un momento.
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¡Enhorabuena por este estupendo blog!
ResponderEliminarMe he quedado impresionada por el diseño, aunque es más interesante el contenido.
Me ha gustado mucho, espero seguir leyendo tus críticas y comentarios largo tiempo.