Nunca la jodas (Aldrig Fucka Uppes, 2008) es la segunda parte de la Trilogía negra de Estocolmo de Jens Lapidus. Se trata de una novela con indudables conexiones con Dinero fácil, la primera entrega de la serie. Para empezar, la protagonista absoluta continúa siendo Estocolmo: una ciudad “llena de alcohol, vómito y pis... mujeres maltratadas... heroinómanos... ladrones, camellos, bandas, puteros...”
Además de ello, encontramos similar estructura. Tres personajes que protagonizan otras tantas líneas narrativas que acaban confluyendo en el desenlace. Y, cómo no, el mismo estilo telegráfico directamente inspirado en el lenguaje revólver de James Ellroy.
En cuanto a los personajes. Mahmud, de origen árabe, en libertad condicional. No tiene más remedio que trabajar para la mafia serbia si quiere conservar su vida.
Niklas, soldado mercenario en Irak que vuelve a casa de su madre. Obsesionado con las ratas y con los maltratadores de mujeres a los que declara la guerra.
Thomas, un poli normal y corriente que intenta hacer su trabajo de la forma más honesta posible (lo que incluye prestar servicios extra para los mafiosos serbios), arrastrado por el asesinato de un testigo clave en el asesinato de Olf Palme, ocurrido más de veinte años antes.
En diversas entrevistas Jens Lapidus se desmarca de los clásicos de la novela negra sueca y afirma que sus raíces literarias se encuentran en Estados Unidos. Para demostrarlo, Nunca la jodas se abre con una cita del maestro Raymond Chandler. A pesar de ello, lo cierto es que ambas influencias son evidentes en su narrativa. Además de las referencias explícitas a Martin Beck y Kurt Wallander que aparecen en la novela, Lapidus comparte con Sjowall-Wahloo y Henning Mankell el mismo propósito: el análisis de la realidad social sueca. La descripción de la auténtica Suecia que se esconde tras el tópico del estado del bienestar. “El modelo sueco había dado sus últimos alientos roncos en algún momento de los ochenta, y a ningún capullo le importó.”
Bien documentada, incisiva, trepidante y más convincente que Dinero fácil.
Jens Lapidus: Nunca la jodas, Suma de letras, 2010.
Entrevista con Jens Lapidus en El País.
Comentario sobre la novela en Negra con puntillo.
Entrevista con Jens Lapidus en El País.
Comentario sobre la novela en Negra con puntillo.
Trilogía negra de Estocolmo en Elemental, querido blog:
Nunca la jodas
Leí estas dos novelas con muchas expectativas dadas las buenas críticas, pero he de decir que han resultado un tanto decepcionantes. Será el estilo de Lapidus, la traducción, la narrativa, no lo tengo del todo claro, pero las historias no me han llegado a enganchar en ningún momento.
ResponderEliminarEn la primera la escena final no está nada bien resuelta bajo mi punto de vista, y en la segunda perdí el poco interés cuando comenzaron con la parte conspirativa. Aun así son novelas fáciles de leer que se liquidan bastante rápido y que representan algo distinto al resto de novela negra nórdica, pero en mi opinión bastante sobrevaloradas.
Saludos
Qué tal.
ResponderEliminarA mi me encantó "Dinero fácil" y me decepcionó un tanto "Nunca la jodas". Me desconcertó un tanto la trama de la conspiración, como a Morgenstern y eché en falta la variedad que le daba a la primera novela el tener a uno de sus personajes codeándose con lo más granado de la sociedad de Estocolmo.
Pero bueno, para gustos...
Un saludico
Saludos, Morgenstern y Jabi.
ResponderEliminarEn efecto, estas novelas son diferentes a lo habitual en la novela negra nórdica que nos llega. Simplemente por eso ya son recomendables.
Nos leemos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarcomo bien han escrito arriba, la novela hace, desde mi punto de vista, aguas en la parte que corresponde a las teorías conspiratorias. Sin embargo, me sigue enganchando el estilo tan directo de Lapidus; me hubiese gustado que se ciñera a tramas más básicas, como fueron las de Dinero fácil, con ese saber hacer que caracteriza su descripción de los bajos fondos y todo lo que los rodea, sin encharcarse en una conapiración que al final queda sin resolver...aun así, entretenida y perfecta para fomentar la lectura entre el público joven como yo.
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