Releído en el fragor de la noche estival:
"Bajé al drugstore, me comí un sándwich de ensalada de pollo y bebí un poco de café. El café era de segunda mano y el sándwich tan sabroso como un trozo de camisa vieja. Los norteamericanos se comen cualquier porquería con tal de esté tostada, sujeta con un par de mondadientes y se le salga la lechuga por uno de los lados, mejor aún si está un poquito lacia."
Extraído de El largo adiós de Raymond Chandler. Una lectura siempre aconsejable. Por cierto, la obra es de 1953.
"No hay trampa más mortífera que la que se tiende uno a sí mismo."
No se refiere al sándwich de pollo de antes, eh, sino a algo más existencial.
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