Desde el Sherlock Holmes de Conan
Doyle sabemos que la personalidad del investigador, tanto o más que un buen
enigma, es la clave del relato policial.
Los autores se esfuerzan, por tanto, en presentarnos personajes cada vez más
originales.
Maurizio de Giovanni (Nápoles,
1958) ha escrito hasta ahora cinco novelas protagonizadas por Luigi Alfredo
Ricciardi, comisario napolitano que puede ver y escuchar a los muertos (“No a
todos, únicamente a aquellos que habían sufrido muertes violentas”). Tal peculiaridad, heredada de su madre, es, al
mismo tiempo, su condena. Ricciardi, de familia noble, podría haber vivido
cómodamente de sus rentas, pero prefirió estudiar Derecho e ingresar en la
policía para mitigar el dolor de los muertos que le piden ayuda. Como consecuencia de todo ello,
el comisario es el protagonista más atormentado del género del que tenemos
noticia. Kurt Wallander a su lado vendría a ser un optimista nato.
El invierno del comisario Ricciardi (Il senso del dolore. L’inverno del Commissario Ricciardi, 2007)
tiene lugar en 1931, cuando el fascismo italiano se obstinaba en negar que
existieran crímenes. A pesar de todo, un
célebre tenor es asesinado en su camerino (cerrado con llave) poco antes de
interpretar Pagliacci. El infatigable,
raro, triste y solitario Ricciardi, acompañado por su fiel e incondicional sargento
Raffaele Maione (una vez más la pareja cervantina) descubre pronto que la
víctima era una persona malvada y egoísta a la que le sobraban enemigos dispuestos
al asesinato.
En la segunda novela, La primavera del comisario Ricciardi (La condanna del sangue. La primavera del Commissario
Ricciardi, 2008), Ricciardi y Maione, mucho mejor definidos como personajes
que en la primera entrega, investigan el salvaje asesinato de una vieja
vidente. En realidad, una vil usurera que nos remite claramente a la de Crimen y castigo. El comisario Ricciardi
que siempre tiene presente que el hambre y el amor están detrás de la mayoría
de los crímenes, se anota un nuevo éxito “en un mundo en el que, por real
decreto, ya no podía haber misterios, ni sangre, ni asesinados.”
En general, Maurizio de Giovanni
nos presenta unas interesantes novelas en las que destaca su original
protagonista y en las que sobra la rémora que supone una excesiva carga
costumbrista en la descripción del Nápoles fascista de la década de 1930.
Maurizio de Giovanni: El invierno del comisario Ricciardi,
Lumen, 2011.
Maurizio de Giovanni: La primavera del comisario Ricciardi,
Lumen, 2012.
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He ahí una saga a la que tengo que hecho echado el ojo y a la que todavía no he podido hincarle el diente.
ResponderEliminarAhora que he acabado (de momento) con la magnífica del inspector Mascarell, puede ser una buena ocasión.
Saludos!