Carlos Zanón (1966), abogado,
poeta, guionista y crítico literario, publicó en 2009 Tarde, mal y nunca en una
pequeña editorial, Saymon Ediciones, que acabaría quebrando.
La novela pasó desapercibida
hasta que los aficionados al género comenzaron a hablar de ella. Brigada 21 le
dio el Premio a la Mejor Primera novela del año y RBA la incluyó en su notable Serie Negra. Lo curioso de todo es que Carlos Zanón, según ha
reconocido, no sabía que escribía una novela negra.
Tarde, mal y nunca nos sumerge en una oscura Barcelona de barrio en
el que solo quedan “tarados, pobres, yonquis, borrachos y viejos.” Una
Barcelona de nuestros tiempos que ni el inspector Méndez reconocería. Allí, la
reina es Tiffany Brisette, peruana, nada del otro mundo, “la chica de las cejas
tatuadas de azul. La que nunca llora. La que no espera a nadie.” Y los tarados, pobres, yonquis y borrachos del
barrio son los hermanos Dalmau y el moro Tanveer Hussein. Àlex Dalmau: esquizofrénico
paranoico, perseguido por voces, fantasmas y apariciones. Epi Dalmau: ex novio
de Tiffany, obsesionado por recuperarla porque antes, a su lado, nadie más importaba y
todo encajaba, pero ahora, sin ella, todo se desmorona. Además, el moro Tanveer
Hussein, que solo cree en lo que pueda robar y en quien pueda engañar.
Epi y Tanveer recorren la noche
violando y maltratando prostitutas. Nada importante. La rutina habitual. ¿El
problema? Epi sigue enamorado de Tiffany, que se lo monta con Tanveer. El trío Tiffany,
Tanveer y Epi. Sobra una pieza del puzle. ¿La solución? Epi lo tiene claro, “en
ese punto se acaban todas las matemáticas”, resuelve la ecuación cuando, en un
amanecer de taberna, le revienta la cabeza a Tanveer con un martillo. Su única
preocupación: Mari, la mujer del dueño del bar, se va a poner de mala hostia
cuando vea el suelo salpicado de sesos y sangre.
Tarde, mal y nunca es una narración ágil, impregnada de un lirismo crudo
y desesperanzado. Voluntariamente el autor ha apostado por adelgazar el
argumento para profundizar en el interior de los personajes mediante un
perspectivismo poliédrico no siempre ordenado cronológicamente.
A pesar de su ritmo precipitado
por momentos y de sus errores (algún resbalón lingüístico, algunas
incoherencias) Tarde, mal y nunca resulta,
sin duda, impactante a la vez que aporta aire fresco y renovador al género.
Quizá en sentido estricto no sea una novela negra, pero supura una negrura sórdida sin concesiones;
un pesimismo rabioso y desolador.
Carlos Zanón: Tarde, mal y nunca, RBA, Serie negra, 2011.
Las novelas de Carlos Zanón en Elemental, querido blog:
Tarde, mal y nunca (2009)
No llames a casa (2012)
Yo fui Jhonny Thunders (2014)
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